
Quieren continuar la fiesta personal en que convirtieron al gobierno, con frivolidad, despilfarro, ostentación, soberbia y saqueo de los recursos públicos
LA DESCOMPOSICIÓN DE LA POLÍTICA EN QUINTANA ROO CON EL AUTOGOBIERNO ocurre a partir del improbable ascenso de Joaquín Hendricks al poder, y entra en un tobogán con los cozumeleños Félix González Canto y Roberto Borge Angulo que dieron rienda suelta a sus apetitos personales, los hicieron asunto prioritario de Estado y convirtieron las necesidades y demandas de la entidad en secundarias.
La carrera política de Roberto Borge fue fraguada en el sexenio de su coterráneo Félix González que al iniciar su periodo gubernamental lo ubicó como tesorero del Estado y luego lo nombró oficial mayor de su gobierno con atribuciones y prebendas ilimitadas. Los escándalos y excesos del joven cozumeleño eran por todos conocidos, incluso más allá de los círculos de poder. Sin embargo en la recta final de su mandato Félix González lo hizo presidente estatal del entonces imbatible PRI y a los pocos meses diputado federal para que pidiera licencia unos meses después y convertirse en el candidato a la gubernatura.
Su mentor Félix González Canto le despejó el camino y le cerró la participación en la sucesión gubernamental a los priistas mejor posicionados que Roberto Borge en aquel momento: Carlos Joaquín González y Eduardo Espinosa Abuxapqui. Fue decisión libre, responsabilidad absoluta de Félix González Canto nombrar a Roberto Borge como su sucesor, ya que gobernaba el país el panista Felipe Calderón Hinojosa.
La frivolidad, el despilfarro, la ostentación, la soberbia y el saqueo de los recursos financieros y patrimoniales marcaron la administración borgista, a la que el ex gobernador Félix González sumó a varios de sus condiscípulos de la primaria y otros socios, compadres y cercanos suyos. No hubo lugar para la mesura. No digamos que por un asunto de conciencia o de cariño por su tierra, o por empatía hacia las mayorías empobrecidas de Quintana Roo; tan solo por sentido común debían tener algún freno, pero no fue así. Eliézer Villanueva Lanz ponía y quitaba a los directores administrativos de toda la estructura de gobierno y a quienes en las dependencias eran responsables de las obras de infraestructura, los recursos materiales y las compras; tenía todo el control para los negocios al amparo del poder, incluyendo los “diezmos” o “moches”.
Los cercanos del gobernador Roberto Borge Angulo eran compañeros de parranda sin preparación ni experiencia, como Agustín Lara “El Tacón”, Fabián Vallado, Raúl Aguilar, Raymundo King, José Luis Toledo Medina, Mauricio Rodríguez Marrufo, Juan Pablo Guillermo, Raúl González (primo de Félix González), el tenebroso Isaías Capeline etc. y algunos más provenientes de otros Estados, que coincidieron con él en el Tecnológico de Monterrey. Más los heredados por Félix González como su tío Luis González Flores, su dilecto amigo Mauricio Góngora, Fredy Marrufo, Eliézer Villanueva Lanz, Gabriel Mendicuti, Eduardo Patrón, Laura Fernández, Alejandro Marrufo, Sara Latife Ruiz, Orlando Espinosa, Fidel Villanueva, Antonio León y un largo etcétera entre los que se cuentan los recomendados por Jorge Emilio González, dueño de la franquicia del partido Verde, por ejemplo Francisco Elizondo.
La fiesta particular en que convirtieron el gobierno pretendieron continuarla después del periodo de Roberto Borge que intentó heredar “el trono” a su predilecto Chanito Toledo, pero Félix González hizo prevalecer a su favorito Mauricio Góngora que pagó las consecuencias de los excesos de los dos sexenios anteriores con los cuales estaba identificado y no pudo evitar la derrota electoral ante Carlos Joaquín González que cosechó los frutos del hartazgo social y prometió un gobierno del cambio que se ha convertido ahora al final de su sexenio en desencanto, rechazo y enojo. Hartazgo también.
Lo que es la política. Ahora los ex gobernadores Joaquín Hednricks Díaz y Félix González Canto, El Niño Verde Jorge Emilio González, el gobernador Carlos Joaquín González y su súper asesor Juan de la Luz Enríquez Kanfachi y con él más de medio gabinete panista-perredista, han puesto sus ambiciones y sus posibilidades de empoderamiento y de sobrevivencia en la alcaldesa de Benito Juárez, Cancún, Mara Lezama, de oscura gestión en prácticamente todos los rubros. La antítesis de lo que representa el presidente Andrés Manuel López Obrador confluye en la señora Lezama que además aprovechó la belicosidad de la senadora morenista Marybel Villegas y se apoderó del MORENA de Quintana Roo con la ayuda de la flamante diputada federal Anahí González y con ella el respaldo del poderoso amigo de AMLO, Rafael Marín Mollinedo. ¡Para Ripley!
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