Todavía está por escribirse el “mini maximato” que ejerció Félix González Canto en Quintana Roo de 2005 al 2016.
Cuando el PAN sacó al PRI de Los Pinos en el año 2000, uno de los efectos principales fue la pérdida de poder de la figura presidencial, entre lo que destaca: el presidente dejó de imponer a los gobernadores.
Este vacío de poder lo llenaron los gobernadores que se convirtieron en “virreyes” y asumieron esa capacidad de imponer a su propio sucesor. Como lo hizo Plutarco Elías Calles entre 1928 y 1934, al imponer a cuatro presidentes, periodo que se denomina El Maximato.
Félix González ejerció este poder a plenitud. Pudo imponer como sucesor a un incondicional suyo, Roberto Borge Angulo, a quien le impuso a su vez, a integrantes claves de su gabinete, legisladores, magistrados y titulares de órganos autónomos, que fueron más leales a Félix que a Borge.
El poder de Félix le alcanzó para imponer al candidato a suceder a Borge en 2016, pero no pudo ganar las elecciones. Al parecer, el candidato preferido de Borge era José Luis Toledo, pero el “mini maximato” impuso a Mauricio Góngora, aunque hay la controversia, si éste en realidad era el preferido de Félix o de su socio, el niño verde, Jorge Emilio González.
El punto es que durante el “mini maximato” fue tan escandaloso el saqueo, el endeudamiento y la concentración de poder, que fortaleció el hartazgo social y fue sacado del palacio de gobierno ante la promesa de un gobierno del cambio.
Como ya sabemos, el cambio fue solo una promesa no cumplida por Carlos Joaquín, al puro estilo del priismo histórico, al grado que desde los primeros años de la actual administración, se habla de un “pacto de impunidad” para que no se hiciera efectivo el lema: “el que la hace la paga”.
MORENA INFILTRADA; 4T DESNATURALIZADA EN QR
Ante la falta de la justicia prometida, el grupo de élite que se conformó durante el “mini Maximato” se siente fortalecido y ahora, según se percibe públicamente, invierte su poder político y económico acumulado, influyendo en la sucesión gubernamental en curso a través de operadores políticos afines.
Para ello, han logrado infiltrar al partido Morena con personajes privilegiados en esa época del saqueo, que hoy lucen un bronceado moreno. Paralelamente, la bancada de Morena en la actual XVI Legislatura, ha resultado también infiltrada, hasta el grado de desnaturalizar la 4T en Quintana Roo.
Félix y Jorge Emilio, avanzan así en su plan para acaparar el control total del futuro gobierno estatal y dar continuidad al “mini maximato” bajo la bandera morenista-verde.
Para ello tienen a un aliado estratégico, en el presidente nacional de Morena, Mario Delgado, quien es más verde que moreno, y son conocidas sus constantes como discretas visitas a Cancún, para consultar con Jorge Emilio.
EL RETORNO DEL GRAN ELECTOR
De acuerdo con señales políticas nacionales, el presidente Andrés Manuel López Obrador está recobrando parte de aquel poder de facto que consistía en ser el gran elector dentro de su partido, y en esta lógica, su dedo señalará a quien será candidato o candidata a la gubernatura y todo Morena se irá a la cargada.
Así las cosas, Quintana Roo avanza en un proceso inédito. Todas las encuestas indican que Morena ganará, pero la 4T podría perder.
Si se impone el poder económico y político del “mini maximato”, Quintana Roo perdería la esperanza de un cambio por segunda vez y la 4T terminaría en la tumba política, que ya empezaron a cavar por tres monedas, sus diputados en la XVI Legislatura. Estimado lector, usted tiene la última palabra.