
Además, se terminará un negocio más de Antonio López Pinzón, pues debe recuperar las instalaciones concesionadas a sus amigos
Con más de 40 años de existencia, el edificio de la COJUDEQ situado en una zona de hundimientos en la colonia Barrio Bravo, en Chetumal, representa peligro para los deportistas y empleados por un socavón que se formó en el edificio del CEDAR. Las autoridades de Protección Civil ordenaron el cierre de las instalaciones, que están a punto de colapsar.
La mudanza de las disciplinas, atletas y personal al CEDAR de Cancún debe ser inmediata; no es fácil, por la covid -19 y porque en dichas instalaciones se han presentado contagios entre los deportistas. Otra razón es el permiso de los padres de familia.
Las disciplinas que se quedarían en Chetumal funcionarían como en escuelas técnicas deportivas, ya que los atletas sólo saldrían de sus casas a los entrenamientos.
Antonio López Pinzón, presidente de la COJUDEQ, tendrá que armar una buena estrategia para que los deportistas de alto rendimiento no sean perjudicados. Como quien dice «El cocoliso» se tiene que olvidar de andar en la grilla buscando repetir en la COJUDEQ (ya le gustó el billete fácil) y ponerse a trabajar en serio estos últimos meses que le quedan al frente, porque los resultados de juegos de la CONADE 2022 serán de esta administración.
El 85 por ciento de los empleados del CEDAR de Chetumal están muy preocupados por la situación. No vaya López Pinzón a reinventar una nueva reingeniería y la mayoría se quede sin trabajo en estos tiempos tan difíciles por la pandemia.
No puede decir «me llevo esta disciplina y al entrenador y a los medallistas», porque necesita el consenso general de la directiva de gobierno de la COJUDEQ, si es que todavía existe y alguna vez funcionó.
Les enseño una gráfica de las disciplinas que emigrarían a Cancún y las que posiblemente se queden en Chetumal (ver imagen).