
Sus viudas en las dependencias del Deporte están inconsolables, pero cargadas de billetes
CHETUMAL- «¡Ay, ay, mi Juanito, por qué te fuiste y nos dejaste solas en este mundo lleno de corrupción, que tanto nos ha dado!», exclaman las viudas de Juan Carnaval en el cortejo fúnebre.
«Antonio López Pinzón y Gonzalo Hidalgo Prado, como mis viudas con las uñas más largas, les dejo cinco años más al frente de la Cojudeq para que puedan hacer crecer su hotelito en Holbox y sus residencias en Yucatán. Pongo como única condición que no se descaren; recuerden que llegaron con una mano adelante y otra atrás. Cocoliso, recuerda cómo llegaste a Chetumal, viajando en combi haciendo escala en Felipe Carrillo Puerto, porque no te alcanzaba para el pasaje. ¡Ah, no se les olviden los deportistas, gracias a ellos su futuro está asegurado!
«A Yensunni Martínez Hernández y José Canul Tun, mis viudas aprendiz de presidenta municipal y de director del Instituto de Cultura y Deporte, respectivamente, les dejó un curso intensivo de responsabilidades como servidores públicos al servicio del municipio de Othón P. Blanco, porque al paso que llevan no les alcanzará para borrar la pésima administración de mis hijos Otoniel Segovia y Héctor Herrera Valerio. Tan fácil que la tenían.

«A Don Vito Corleone, que lo desenterré después de 5 años viviendo del tricolor, le dejo un Cuaderno de cargos para que estudie y vea que es imposible ascender a la Liga de Expansión, además de un técnico renovado y actualizado, una docena de playenses para el equipo Inter Playa del Carmen, un nombramiento de vicepresidente, porque en la FMF es un desconocido, y para el judas que tiene a su derecha un manual de cronista deportivo.
«Como último regalo para mi viuda consentida, Roxana Lili, como ya tiene un campeón de box al frente del Instituto Municipal del Deporte, quien además es mala paga, te dejo, mi güerita, un campeonato de futbol para que se justifique el saqueo del dinero público que por años se gastó sin resultados. Por favor, sólo te pido que no vayas a la unidad deportiva Mario Villanueva Madrid a danzar de alegría como tu antecesora Laurita Beristain».
«¡Ay ay, ay!»
LLanto y más llanto.
«Juanito, no te vayas, qué vamos hacer sin tí, quien nos protegerá después de septiembre».
«Escrito está en mi testamento que en la organización de Pioneros no se acepte a ningún miembro más que se apellide Vela; a mi viuda Gloria estoy dejando con su pariente nóminas con nombres de jugadores ya palomeados para que firmen. ¡Ah! Pero con la condición que no se les entregue su sueldo, que será utilizado para la compra de uniformes de los CEFOR que aprovecharán durante la campaña para vender a las y los jugadores.
«Siento que me falta aire, ya falto poco para abandonar este estado, antes que me entuben, en mis últimos suspiros dejo al conjunto Café con Aroma a Corrupción unas victorias a domicilio, un chingo de goles, refuerzos de calidad y miles de aficionados; se los merece Federico Villar por aguantar y soportar las alineaciones que Alejandro Vela (qué otro Vela) le impone jornada tras jornada.
«Por último, a petición de una viuda uruguaya, dejo a “Don Pastore”, así llama una oreja, un amigo íntimo de ustedes; una oveja más, ya son seis».
Hoy es un día de luto; las viudas están inconsolables, pero cargadas de billetes para sobrevivir.