Circunstancias del poder

EL COORDINADOR DEL TREN TRANSÍSTMICO DE MÉXICO, RAFAEL MARÍN MOLLINEDO, ACAUDALADO COMERCIANTE DE FRUTAS Y VERDURAS, que cimentó su fortuna en el desarrollo turístico de Quintana Roo y fijó su residencia en Cancún, ahora se ha convertido en influyente político debido a su añeja amistad con el actual presidente del país, Andrés Manuel López Obrador.

Esa circunstancia lo ha convertido en asediado objetivo de puristas y conversos al morenismo con aspiraciones políticas, no siempre respaldadas por la capacidad técnica, la preparación, los ideales de servicio, y los valores éticos para hacer realidad esa cuarta transformación pretendida por AMLO.

Oriundo de Tabasco como el presidente del país con quien compartió diferentes momentos de sus luchas en su entidad natal y en las subsecuentes, con diferentes grados de intensidad debido a sus negocios, que lo avecindaron en el turístico municipio Benito Juárez de Quintana Roo, Marín Mollinedo ahora coordina la obra más ambiciosa del gobierno obradorista: la conexión ferroviaria del corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec, vinculando por tierra los puertos de Coatzacoalcos, Veracruz y Salina Cruz, Oaxaca y propiciando la modernización de ambas terminales marítimas. Una enorme responsabilidad para Marín Mollinedo conferida por su amigo el mandatario de México.

Su familia radica en Cancún, sede de sus negocios, donde viaja con frecuencia, pero además fue el fundador del MORENA en Quintana Roo por lo que sus vínculos e intereses políticos son ineludibles, como también es innegable su cercanía con el “Gran Elector”. Ambas circunstancias le dan un peso especial a sus filias y fobias, lo cual no debiera ser, pero es.

Si Marín Mollinedo no radicara en Cancún quizá el gobierno municipal de Mara Lezama ya habría desbarrancado por la corrupción y el enriquecimiento acelerado de la munícipe, su familia y sus allegados, en cambio se reeligió aunque con cien mil votos menos que cuando ganó la presidencia municipal en 2018 y aún así, se siente con un pie en la gubernatura aupada por el Niño Verde Jorge Emilio González, otro avecindado en Cancún, y la “fuerza Tabasco”, alimentada por el amigo de Andrés Manuel, quien es enemigo de la corrupción, el influyentismo, la mentira, la traición, los aspiracionistas, etcétera.

Mara Lezama no ha tenido un gran desarrollo político ni ha crecido genuinamente en liderazgo, esto es, que su gobierno no se ha destacado por su eficiencia, transparencia, honestidad ni el mejoramiento de la vida de su municipio y sus gobernados. Sus ambiciones políticas solo dependen de la fuerza que tengan para imponerla como candidata a la gubernatura por MORENA y sus aliados “El Niño Verde” y Rafael Marín Mollinedo, del cual emanan y dependen todos los que ostentan cargos partidistas estatales y de representación popular. El vídeo que circuló de una gira de AMLO por Cancún en vísperas del destape de Mara Lezama para su reelección, no deja duda de su rechazo.

Sin la cercanía con Marín Mollinedo, la flamante diputada federal por el sureño distrito dos de Quintana Roo, Anahí González ¿hubiera obtenido la candidatura por sus méritos partidistas? ¿hubiera llegado a la dirigencia estatal del MORENA por mérito propio? ¿cuántas y cuántos más han cosechado frutos del poderoso amigo de AMLO? Quien por cierto hace poco repitió una muy recurrente expresión política: “el poder hace tontos a los inteligentes, y a los tontos los vuelve locos”. A López Obrador no se le puede dar atole con el dedo por mucho tiempo.

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